Hoy la mayoría de los que habitamos el planeta tierra, seríamos casi sin excepciones pecadores, algunos más, otros menos, pero pecadores al fin, de acuerdo a la nueva lista de pecadoscapitales, anunciados por la iglesia el pasado fin de semana, a través del periódico oficial del Vaticano el Osservatore Romano.
Según la visión de la Iglesia, los siete pecados capitales que todos conocemos, la gula, la lujuria, la ira, la envidia, la soberbia, la avaricia y la pereza enunciados por el Papa Gregorio I hace ya mil quinientos años, quedaron un tanto viejos para las necesidades del mundo de hoy, que impone una dinámica globalizada y mucho más compleja, inimaginable hace tantos miles de años atrás, cuando fueron proclamados.
Por eso, la Iglesia decidió aggionarse a los tiempos que corren y anunció un nuevo listado de pecados, pero inscriptos en una esfera más social que personal, a diferencia de sus antecesores.
Desde este fin de semana, entonces, realizar manipulaciones genéticas, enriquecerse a costa de los otros, consumir drogas, llevar a cabo experimentos con seres humanos, incluidos los embriones, contaminar el medio ambiente, provocar injusticia social y pobreza son considerados gravísimos pecados para la Iglesia.
Muy seguramente, varios de ellos, como por ejemplo el consumo de drogas, despenalizado en varios lugares del mundo y además considerado una enfermedad por la medicina o las experimentaciones científicas, despertarán más de una controversia.