CUSTODIOS DEL GRIAL Según la «línea general» académica, las nociones ocultistas acerca de los templarios son absurdas: la mayoría de historiadores coinciden en que fueron los monjes-soldados que decían ser, y que cualquier hipótesis en cuanto su intervención en nada ni remotamente esotérico es resultado de una fantasía hiperactiva o de una investigación poco rigurosa. Al ser ésa la postura oficial, ningún historiador interesado en ese aspecto de la Orden se atreverá a confesarlo públicamente, porque se arriesgaría a perder el prestigio académico (y vería sustancialmente recortado el presupuesto de su departamento).
Así que prefieren evitar tal género de investigaciones, o si las realizan no las dan a conocer. (Algunos historiadores muy prestigiosos confiesan en privado que la relación entre los templarios y el esoterismo es importante, pero jamás lo dirían en público.)
De estas actitudes resulta cierto abandono de los estudios relativos a determinados asentamientos templarios importantes. Ya teníamos comprobado que una de las regiones que más han padecido dicho abandono —hasta extremos increíbles— era la que más nos interesaba a nosotros, el Languedoc-Rosellón. Fue el país de la Orden, si prescindimos de los Santos Lugares. En esa reducida superficie se concentra más del 30 por ciento de los castillos templarios y las encomiendas de toda Europa, pero a pesar de ello apenas se realizan allí excavaciones arqueológicas, y algunos emplazamientos fundamentales no han sido estudiados jamás.
Por fortuna, la desidia oficial queda contrarrestada por muchos investigadores privados, a los que anima un apasionado interés hacia esos misteriosos caballeros. Muchos naturales de la región se consideran en el deber de conservar y proteger los restos de los antiguos templarios. Y existen también varias organizaciones de «aficionados» (con esta palabra no calificamos su capacidad técnica para la investigación, sino que indicamos que no recibe fondos de ningún presupuesto oficial), como el Centro de Estudios e Investigaciones Templarias que dirige George Kiess en Espéraza (Aude), el cual ha sacado los colores a más de un académico de número.
Son impresionantes los descubrimientos realizados por esos entusiastas mediante el estudio de los emplazamientos mismos así como de la abundante documentación sobre los templarios que duerme intacta en los archivos locales, sobre todo si tenemos en cuenta la escasez de recursos y lo duro que es tener que luchar contra la apatía de los archiveros y los historiadores profesionales.
Otro de estos grupos de estudiosos es el llamado Abraxas, dirigido desde Rennes-les-Bains, población del departamento de Aude más conocida como balneario, por la pareja britanicotexana que forman Nicole Dawe y Charles Bywaters. Sus investigaciones y las de toda una red de grupos similares han permitido realizar descubrimientos incontrovertibles que reescriben literalmente la Historia de los templarios. En lucha contra la indiferencia oficial, por una parte, y contra el exceso de entusiasmo de los buscadores de tesoros locales —que representan un peligro real para la conservación de los lugares—, por otra, Nicole y Charles han visto emplazamientos templarios que jamás habían sido rozados por la piqueta de ningún arqueólogo. Buena parte de estos trabajos se hallan todavía inéditos, aunque proyectan publicarlos en un próximo futuro.
Como nosotros queríamos averiguar más cosas sobre los templarios en esta tierra de herejes que es el Languedoc-Rosellón, en vez de ir a consultar los oráculos de la Academia preferimos ver a Charles y Nicole.
NOTA: para leer mas sobre este tema visitar:
http://sniper-latierramedia.blogspot.com/
-- Edited by Sniper on Friday 28th of August 2009 10:30:30 AM
Sentados en el apartamento que tiene Charles en la calle principal (que es casi la única) de Rennes-les-Bains, empezamos por preguntarles acerca de la posible relación entre los templarios y los cátaros. Según nos dijeron, habían existido claros vínculos entre uno y otro grupo, mucho más allá de los meros lazos familiares, y habitualmente no tenidos en cuenta por los historiadores. Por ejemplo, que ni siquiera en los momentos álgidos de la cruzada albigense dejaron los templarios de dar asilo a los cátaros fugitivos, y hay casos documentados de socorro a caballeros que habían sido combatientes activos a favor de los cátaros y contra los cruzados.
Como dijo Nicole:
No hay más que ir entresacando de las actas de la Inquisición los apellidos de los cátaros y compararlos con los de templarios de la misma época, para ver que son los mismos. Pero más concretamente, es innegable que algunos establecimientos templarios alojaron a cátaros, los escondieron e incluso los enterraron en sagrado.
Algunos escépticos sugieren que condescendían a eso porque los auxiliados hacían entrega de sus tierras y de todos sus bienes para ser recibidos como templarios. Pero nosotros hemos encontrado pruebas de que algunos templarios acogieron a los cátaros cuando éstos habían quedado despojados de todo, y no sólo fueron recibidos y escondidos entre ellos, sino que murieron y fueron enterrados allí. Y más adelante, los templarios hicieron a veces cuanto estaba en sus manos para que les fuesen devueltas las tierras a las familias de los cátaros, o los herederos.1
Charles continuó:
En un lugar concreto, que sepamos, los templarios permitieron que se lanzaran operaciones hostiles desde su encomienda. Los caballeros cátaros continuaron la lucha y luego se replegaron hacia la propiedad de los templarios. Es fácil documentarlo.
Teniendo en cuenta que la mayoría de las acusaciones dirigidas contra los templarios debieron de ser ficticias, nos pareció de gran significación que su trato cercano con unos intocables como los cátaros no hubiese figurado entre aquéllas. Que los inquisidores estaban al corriente, nos lo indica el hecho de que rebuscaran en los fosares de los templarios para desenterrar los cadáveres de los cátaros y quemarlos, esto a título de escarmiento de herejes futuros, seguramente, porque habían pasado ya más de treinta años desde el final de la cruzada. (Y fueron los inquisidores quienes torturaron a los templarios, así que estaban en inmejorable situación para saber lo que hubiese de cierto en la relación de éstos con los cátaros.)
Ciertamente hubo algo más ahí, algo que tal vez supo la Corona francesa pero demasiado peligroso para publicarlo, de todas maneras, así que procuraron que no se escapara ni una sola palabra por más tiempo que transcurriese. Durante nuestras averiguaciones acerca de los templarios siempre tuvimos la sensación incordiante y cada vez más nítida de que había un secreto descomunal pugnando por asomar bajo la superficie de la crónica oficial. ¿Era posible que tanto los templarios como los cátaros hubiesen sido poseedores de un conocimiento potencialmente explosivo? ¿Y que dicho secreto fuese el verdadero motivo de Felipe el Hermoso cuando decidió asestar un golpe de mano tan bien planeado contra los templarios?2
Pero no todos ellos fueron exterminados aquel fatídico viernes trece. A muchos se les permitió vivir y reconstituirse bajo otros nombres diferentes. Dos países en particular sirvieron como puertos de refugio a los freires fugitivos, Escocia y Portugal. (En este segundo país pasaron a llamarse caballeros de Jesucristo.) También la región del Languedoc y alrededores constituyó una curiosa excepción a la pauta general de la persecución, según Charles y Nicole. Al este, el Rosellón era territorio de la Corona de Aragón, excepto la parte septentrional de Carcasona, que pertenecía a Francia. Los templarios roselloneses fueron detenidos y juzgados, pero se les pronunció inocentes, y cuando el papa disolvió la orden oficialmente se incorporaron a otras órdenes militares parecidas, o se retiraron a sus tierras para disfrutar de rentas vitalicias.
Como han sugerido varios comentaristas,3 los templarios sobrevivieron al intento de exterminio total y siguen existiendo a estas fechas, sólo que según apuntan todos los indicios, sufrieron muchos cismas y han quedado divididos en organizaciones diferentes, todas las cuales pretenden ser herederas de la Orden originaria.
Si ocultaban algo tan peligroso que el rey francés creyó necesario proceder drásticamente contra ellos, ¿qué pudo ser? ¿Y quién de los dos, el papa o Felipe, manipuló al otro? Desde cualquier punto de vista que consideremos los sucesos, falta un eslabón esencial en la cadena.
Supongamos que ese elemento escurridizo tiene que ver con el Priorato de Sión. Como ya hemos visto, hay indicios de una presencia en la sombra desde el mismo instante de la fundación de los templarios; digamos que un grupo de manipuladores ocultos (quienquiera que fuesen) dirigió la función entre bastidores. Desde luego Charles y Nicole no dudan de la existencia de un «círculo interior» dentro de la estructura de mando de los templarios, y anterior en realidad a los comienzos oficiales de la orden. Incluso aseguran que todo el movimiento templario fue creado para dar público escaparate a ese grupo interior, aprovechando la circunstancia de que los Santos Lugares acababan de abrirse a los peregrinos de Europa.
Otros investigadores han llegado también a esa conclusión. Como dice el escritor francés Jean Robin (basándose en estudios de Georges Cagger):
En realidad la Orden del Temple estaba constituida por siete círculos «exteriores» dedicados a los misterios menores, y tres círculos «interiores» que correspondían a la iniciación en los grandes misterios. Y el «núcleo» lo formaban aquellos setenta templarios a quienes «interrogó» Clemente V [después de las detenciones de 1307].4
[...] mis investigaciones sobre las creencias y conducta de ese extraño grupo de monjes-soldados me han persuadido de que tuvieron acceso a una sabiduría tradicional de muy remota antigüedad [...].5
Era posible mantener un grupo secreto porque los templarios fueron, en esencia, una escuela mistérica, es decir que funcionaban como una jerarquía basada en la iniciación y en el secreto. Pudo ocurrir, por consiguiente, que el templario «raso» supiera bastante menos que sus superiores, e incluso que las creencias de éstos fuesen diferentes de las de aquél. Visto así el asunto, es probable que la mayoría de los caballeros templarios no fuesen sino los sencillos soldados de Cristo que aparentaban, pero el círculo interior era otra cosa.
A lo que parece, ese círculo interior templario se creó para seguir activando los estudios de temas esotéricos y religiosos. El motivo para mantenerlos en secreto, o uno de los motivos, pudo ser que versaban sobre aspectos arcanos de los mundos judío e islámico. Buscaban literalmente los secretos del mundo dondequiera que sospechaban su presencia, y en el decurso de ese periplo geográfico e intelectual acabarían por tolerar todas las creencias, y quién sabe si abrazaron algunas pero que muy heterodoxas.
En aquellos tiempos el motivo que incitase a buscar el conocimiento pese a todas las dificultades tenía que ser muy fuerte. A los templarios nunca les interesó embarcarse en las dificultades de una investigación por amor a la ciencia; consta en la Historia que fueron gentes de intenso sentido práctico. Si emprendieron una pesquisa concreta tendrían sus buenas razones, y por eso mismo dejaron ciertas pistas en cuanto a lo que ellos consideraban especialmente importante.
Una de esas pistas puede hallarse en las obsesiones de Bernardo de Claraval, la primera éminence grise que tuvieron. Aquel monje intelectual, pero combativo, en apariencia fue un gran devoto de la Virgen María, como demuestran sus numerosos sermones. Pero se diría que no fue la Virgen el objeto auténtico del amor espiritual de Bernardo, sino más bien otra María, cuya identidad verdadera viene indicada por el hecho de su especial afecto a las Vírgenes negras.6
También escribió casi noventa sermones sobre el tema del Cantar de los Cantares, y en otras muchas prédicas suyas relacionó más explícitamente a la «Amada» con María de Betania;7 pero en aquellos tiempos nadie creía que ésta fuese otra persona sino la misma María Magdalena.
«Morena soy, pero hermosa», dice la Amada, y esa frase también vincula el Cantar de los Cantares con la veneración a las Vírgenes negras, de las que Bernardo (que era oriundo de Fontaines, cerca de Dijon, en cuyo centro hay también una Virgen negra) era excepcionalmente devoto. Él dijo que había recibido la inspiración cuando niño, al dársele tres gotas de leche milagrosa del pecho de la Virgen negra de Châtillon. Se ha especulado sobre si este comentario sería una alusión en clave a su iniciación en algún culto de ésta.8 Y cuando Bernardo predicó la segunda cruzada eligió hacerlo desde el santuario magdalaniense de Vézelay.9
Es probable, en consecuencia, que la aparente devoción mariana de Bernardo fuese simplemente la cortina de humo con que tapaba su indudable pasión por la Magdalena, aunque por supuesto la una no excluye la otra. En todo caso, cuando pergeñó la regla de los templarios les encomendó expresamente «la obediencia a Betania, el castillo de María y de Marta»,10 y se sabe que transmitió a la orden esa devoción particular.
Incluso mientras se enfrentaban a la extinción total, los freires que estaban presos con su Gran Maestre Jacobo de Molay en las mazmorras de la fortaleza de Chinon compusieron una oración dedicada a «Notre Dame», que elogiaba a san Bernardo como fundador de la devoción a la Santísima Virgen María.11 Pero teniendo en cuenta todos los demás indicios, esto bien pudo ser otra alusión en clave al culto de la Magdalena.
Llama la atención que los templarios jurasen «por Dios y Nuestra Señora», y también, con frecuencia, «por Dios y la Virgen Santísima».12 Por ahí se insinúa que esa «Nuestra Señora» de quien hablan en los juramentos no es la Virgen, como también lo dan a entender las palabras de la absolución templaria:
«Ruego a Dios que tus pecados te sean perdonados como Él perdonó a santa María Magdalena y al buen ladrón en la cruz».13
Al menos esto nos proporciona una demostración de la importancia que los templarios atribuían a la Magdalena. (Vale la pena observar que hallándose cautivos los del Rosellón, les fueron empeoradas deliberadamente las condiciones del encarcelamiento el día de la festividad de Santa María Magdalena, por orden expresa del papa.14 Se recordará que la matanza de Béziers se perpetró en esa misma festividad, a manera de recordatorio sobre la naturaleza de la «herejía».)
En efecto la noción de la Feminidad preocupó mucho a los templarios, lo cual no deja de sorprender habida cuenta de su imagen de guerreros. Pues bien, Charles y Nicole han descubierto que la Orden admitía mujeres. En los primeros años de su existencia, muchas mujeres tomaron los votos, aunque sólo como fámulas y nada indica que existiese un núcleo secreto de guerreras en el seno del Temple, como escriben Michael Baigent y Richard Leigh en The Temple and the Lodge (1989):
[...] una crónica de finales del siglo XII en Inglaterra menciona que una mujer fue recibida como Hermana en el Temple, lo cual parece implicar con bastante claridad una especie de ala o anexo femenino a la Orden. Pero no se ha encontrado nunca una explicación ni una digresión sobre el asunto, e incluso la información que contuviesen los autos inquisitoriales desapareció hace tiempo o fue eliminada.15
Tras estudiar detenidamente la documentación templaria, Nicole y Charles se muestran mucho más concretos:
Cuando vamos a los documentos del siglo XII encontramos muchos casos de mujeres que entraron en la Orden, al menos durante el primer siglo de existencia de ésta. Al ingresar prestaban juramento de donar «mi casa, mis tierras y mi cuerpo y alma a la Orden del Temple»; al pie de esos documentos se hallan firmas de mujeres así como de hombres. En ocasiones ambos cónyuges ingresaron juntos, así que las esposas debieron de jurar también. Tales documentos se encuentran principalmente en esta región [el Languedoc], y los ejemplos son lo bastante numerosos como para dar a entender que en algún momento dado la orden debió de contar con no pocas mujeres.
También señalan que más adelante fueron cambiadas las reglas, prohibiéndoseles expresamente admitir mujeres: de lo cual se deduce que antes lo hacían.
CONTINUARA...
-- Edited by Sniper on Monday 31st of August 2009 10:26:23 AM