Siempre que pensamos en madres, no falta la imagen mental de una mujer rosagante con un bebé precioso en los brazos; sin embargo, hay estampas que evadimos evocar. Es la estampa de aquellas madres que anochecen y amanecen en los hospitales cuidando a sus bebés aquejados de enfermedades a veces largas e incurables, aquellas madres que venden en los mercados con sus hijitos a la par y que cuando los vencen el cansancio, duermen en un canasto o debajo de las mesas de la venta. Y están aquellas madres que van por la calle vendiendo su dignidad y acabándose la vida proveyendo placer a esbirros, degenerados o simplemente solitarios, las prostitutas, las mujeres de la calle.
El hecho de tener este oficio catalogado como el oficio más antiguo del mundo, no les quita la magnificencia de la maternidad, que está ahí quién sabe por qué razones (ya sean buenas o malas), no sabemos su circunstancias, sólo sabemos que tiene una parte de sí misma a su lado, a la que tiene que cuidar y proveer de alimento, de vida, de amor...
Encontré este poema de Aziyadeh de Ávila escrito hace algunos años y encontrado en un periódico:
La madre callejera
La mujer que vaga por las noches es porque su vida está rota, lleva un destino de reproches regalando su amor, gota a gota.
Soledad... silencio lleva en su alma, poema... sinfonía de una nota. El hombre goza de ella... obtiene calma, pero siempre la deja en una calle remota.
Amó sin ser amada... le hace daño vivir cobardemente en el escombro, bebiendo el vino de un desengaño.
La vida para ella es un continuo asombro, la vida para ella, es un engaño. Pero... Es madre, lleva un niño sobre el hombro.
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Si no encuentras tu media naranja, toma tu medio limón agrégale azúcar, aguardiente, hielo y a disfrutar de la vida.
Como tu dices en pocas palabras los sentimientos de una mujer vaga por el mundo se desvela por su nino pero la prostituta carga un delirio que lo calla para no herirse mas rie como el viento abrazada como el mar en cuentra su pequena alegria y llora su lenta agonia pero hay algunas que hacen llorar y pagan caro su error