En Sevilla había una casa, y en la casa una ventana y en la ventana una niña que las rosas envidiaban. Por la noche, con la luna, en el río se miraba, ¡Ay, corazón, que bonita es mi novia! ¡Ay, corazón, asomada a la ventana! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!, no te mires en el río ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!, que me haces padecer, porque tengo, niña, celos de él.
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Aprovecho la letra de esta vieja copla para hablar de los celos, y qué mejor que empezar preguntándome: celos ¿qué son?
Los celos son un estado emocional intranquilo que posee una persona y que se identifica por el temor ante la posible pérdida lo que se posee o se tiene, o se considera que se tiene o se posee, o incluso se debería tener o poseer, por ejemplo amor, poder, imagen profesional o social. Como emoción natural suele originarse en las relaciones humanas. Sabemos de su existencia en todas las razas, pueblos y culturas e igualmente se da en el sexo femenino como en el masculino. La edad con la que se experimentan no está predeterminada, existiendo celos entre hermanos, celos de pareja, de los compañeros de trabajo, etc.
Los celos, a lo largo de la historia de la especie humana han sido y siguen siendo importantes, cumpliendo en ocasiones funciones específicas para el hombre como la propia supervivencia. Es posible que los celos sean incluso hasta necesarios, ya que sirven para demostrar al otro la reciprocidad en el amor que hay entre los dos, pero siempre que no lleguen a la exageración, pues a extremos alarmantes pueden llegar a ser enfermizos, patológicos, hasta el extremo de tener capacidad suficiente para destruir la relación que pretenden defender.
Me centraré en los celos de la pareja, una experiencia subjetiva en primera persona que sólo es capaz de experimentar la persona que los siente. Los celos de pareja siempre han existido, es más, yo creo que en épocas pretéritas esos celos han sido más extensos que en la actualidad, aunque los medios de comunicación actuales nos muestren a diario tantos casos de malos tratos o asesinatos, en los que el principal impulsor para tales conductas son los celos en la pareja. El hombre o la mujer celosa posee una gran connotación primitiva, albergando inclusive otros sentimientos negativos como la escasa autoestima que deprime a quien los siente, pues considera que la atención de su pareja hacia otra persona es como consecuencia de su poca valía. O bien que el otro u otra son superiores a ellos. También es frecuente encontrarlo con más intensidad en las sociedades más atrasadas.
Podemos entender que los celos son normales en una relación, pues el riesgo de que tu pareja te deje siempre está ahí, y se podrían considerar como el lado opuesto a la confianza. El ser humano vive en sociedad y por tanto ha de relacionarse con las otras personas que lo rodean. Este es un motivo para que la persona celosa comience a infundar ese sentimiento mostrando desconfianza hacia su pareja y haciendo que la relación llegue a ser insoportable.
También la educación adquirida en la infancia es capaz de hacer que ese sentimiento se manifieste, pero además, sabido es que las personas de carácter inseguro, que poseen baja autoestima y con cierta dependencia hacia los demás, suelen ser propensas a experimentar este sentimiento en su forma patológica. Por tanto, aquí es donde nos damos cuenta que los celos son un sentimiento subjetivo, para el cuál la razón generalmente no funciona, y solo la persona que los padece es capaz de saber qué se siente sin dejar que un argumento razonable pueda ayudarle a terminar con ellos.
Podemos decir que hay celos normales, y son aquellos producto de una preocupación ante la posible pérdida de afecto del ser amado, bien por miedo a la traición, o a la soledad, o a circunstancias equivalentes, pero no pasan de ser una simple preocupación sin mayores consecuencias. Sin embargo, los celos “patológicos” se convierten en un sentimiento muy intenso y persistente de hostilidad, abandono, depresión, que llega a situarse en la vida de la persona como algo habitual sin que ésta sea consciente ni darse cuenta que esa experiencia personal es excesiva, como tampoco de interpretar sus pensamientos y sentimientos como equivocados, que no son infundados por la pareja y que a la larga generará malestar y una posible ruptura, lo que conllevará a reforzar sus expectativas, aunque sea de forma equivocada.
Los celos, como otro tipo de emociones (amor, afecto, alegría, etc.) podríamos incluirlos dentro de los llamados “qualias emocional o evolutivo”. Existe la creencia de que estas emociones eran en un principio un proceso neural inconsciente, que con el tiempo derivan de pre consciente a proceso consciente debido a un desarrollo evolutivo de ciertos tipos de sistemas neurales. Operan de forma automática, pero en cierto modo llegan a producir tal energía que crea ciertos efectos negativos en la conciencia del individuo.
Nuestros sistemas emocionales, posiblemente y gracias a una conexión con la estructura del yo —la cual está difundida por diferentes zonas del cerebro—, formen nuestras experiencias emocionales. En un nivel basal de nuestro sistema es donde se viven o sienten los momentos agradables o desagradables de nuestra vida con sus respectivas emociones, siendo este nivel el epicentro de tales sensaciones.
Su origen puede que se halle en una combinación de errores sensoriales y falsos recuerdos. Cada persona interpreta los acontecimientos de la vida de forma distinta y es en esta diversidad individual donde es posible que una persona de una situación normal como podría ser una conversación entre su novia y un amigo —en el caso de un varón— no encuentre nada sospechoso, pero sin embargo otra persona ante la misma situación es posible que despierte en sí todo un mundo de pensamientos y sentimientos que le hacen volverse loco de celos. Es por esto que llegan a su mente ilusiones falsas dentro del área perceptiva e interpretativa.
Los celos nos hacen sentir emociones tan enfrentadas como odio o amor. En ellos cohabitan también sentimientos como el sufrimiento, el coraje, la desesperación, la rabia, e incluso la valentía. Cuando los celos se manifiestan parece que todo este conjunto de sentimientos sobrecargan a la vez la cabeza, haciéndonos sentir aún peor, perplejos y confusos.
Ojo por tanto con los celos. Mejor una reflexión, una profunda meditación nunca viene mal, y una gran dosis de confianza.
Qué gran post Garroferal, cuántas cosas que tenemos en nuestro sistema, como los celos, que las sentimos pero que nos es imposible describir con la claridad que Ud las define en su post.
Los celos, como dice Camilo Sesto "ese dulce sufrimiento que te quema a fuego lento y que me hace tu enemigo", es un tema inacabable, ríos de tinta se han escrito a través de los tiempos sin siquiera tener la esperanza de que se diga la última palabra.
Estoy de acuerdo con todo lo que dice sobre el tema.
Al respecto yo siempre he pensado que los celos son también el resultado del sentimiento, o instinto de propiedad con el que nacemos todos los animales (no está supeditado sólo a los seres humanos), si no, fíjese en los pajaritos que tienen su nido, ellos no permiten que otro pájaro vaya a usurpar lo que a ellos les ha costado construir. Y así sucesivamente en el reino animal, se sabe que los felinos superiores, los elefantes y nuestros primos los primates, tienen el sentido de pertenencia sobre otro/a de su especie con quien han establecido una relación amorosa-sexual para implementar una familia, de modo que si hay acercamiento con otro, u otra, el intruso corre el riesgo de recibir su merecido por parte del que se considera ofendido por el intento de arrebatarle su pareja, algo que considera tan suyo. Si eso lo llevamos al plano humano, para mí que una dosis de celos es natural y hasta necesaria en una relación de pareja.
Al respecto, no deja de haber un grado de complacencia cuando mi mujer muy seria me dice "cómo se te acolochaban los ojos cuando viste a la fulana", a lo que respondo con un "no seas bayunca hom..." con una cínica "risita de gato", todo nalgón* sintiéndome celado.
Así como me saca de onda que se metan a mi carro o a mi casa a robarme lo que es mío, me encabrona ad infinitum que alguien venga a pretender a mi mujer con quien nos consideramos de mutua propiedad incluyendo nuestros planos síquico, mental y emocional, junto con toda nuestra historia de novios, amantes, esposos, padres y amigos.
De modo que en los celos de parejam entra en juego en una alta dosis, el instinto de propiedad.
Pero estoy de acuerdo en que cuando los celos son irracionales y que llevan al delirio a quien los sufre, entonces si estamos perdidos, frente a cuadros clínicos de indivíduos que son llevados a grados de locura que en muchísimos casos llegan hasta a fatalidades.
Se han dado de estos casos en todos los tiempos, con todas las razas y en todos los estratos sociales, son los celos que matan, curables con mucha buena voluntad, confianza en quien se ama y con altas dosis por la mañana, por la tarde y por la noche de Nitrato de celos.
*halagado
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HAPPY HALLOWEEN MARA DE ESTADOS UNIDOS, FELIZ DIA DE LOS MUERTOS Y TODOS LOS SANTOS EN EL SALVADOR