Mi estimado Sniper, pues va a ser que no. Mire usted, la diferencia entre el Barça y el Real Madrid es abismal, ya desde su concepción. El Madrid tiene por norma decir que los grandes jugadores del mundo han nacido para jugar algún día en el club blanco. Es posible que así sea, el Real Madrid que representa las esencias más casposas del españolismo, en cuanto a prepotencia, vanidad, orgullo y altanería se refiere, no se da cuenta que los mercenarios del fútbol van allí donde son mejor pagados, y que el dinero —que dicen que todo lo puede— ni puede comprar un segundo de vida ni el amor.
Luego hay otra cosa que diferencia a uno y otro club, veamos. El Madrid, ha pretendido desde siempre ser el equipo de España, estar por encima de la Selección nacional, y a veces lo consigue, aunque en realidad jugadores españoles tenga bien pocos. Repase usted la nacionalidad de los actuales jugadores del RM y del Barça y verá la gran diferencia. Valdés, Pujol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Pinto, Bojan, son españoles, e incluso Messi, argentino, ha sido hecho jugador en La Masía, pues de muy jovencito se inició en la cantera barcelonista.
Por otra parte el RM es un equipo “resultadista”, o sea, que lo importante es el resultado, se juegue como se juegue, lo importante es ganar, aunque sea en el último minuto de un penalti imaginado por en árbitro de turno que es, por lo general algo madridista (como casi todos). Esto es inconcebible en el Barça; lo importante es jugar bien, si es como los ángeles, mejor, y el resultado está en segundo término.
Según un reciente estudio por parte de una Universidad española, el Real Madrid obtiene por media, cada año, unos ocho o nueve puntos injustamente, como consecuencia de “errores” arbitrales. Y usted sabrá que el RM es recibido por toda España con la cancioncilla: “Así, así, así gana el Madrid”, ante los “errores humanos” arbitrales. Es el equipo del Gobierno y del poder económico nacional. Se dice que el Real Madrid tiene simpatizantes y socios de toda clase y condición, económica y política, pero que no hay ni un solo fascista español que no sea madridista. Fue el equipo de Franco, es el equipo del Rey, y de todo aquel que destaque en el negocio o en la política que no sea catalán. Ser del Madrid en España es tener la puerta abierta en muchas partes.
Sin embargo como cosa curiosa le diré que mientras el Barcelona tiene unos 180.000 socios, el Madrid no alcanza los 70.000 ¿Cómo eso es posible siendo el Madrid el equipo nacional? Muy sencillo, el simpatizante del Barcelona —sea de Catalunya o de Andalucía—, procura ser socio del equipo de sus amores; ser simpatizante del Real Madrid no obliga a nada, el equipo blanco siempre tiene la ayuda gubernamental cuando sus deudas alcanzan límites exagerados, bien con dinero público o con los llamados “pelotazos”. El Barça ha de contar con sus socios, y con la buena administración de su Junta Directiva. El Madrid puede gastarse 250 millones de euros pese a estar empeñado en más de 150 millones de euros, porque la Banca lo respalda, el Gobierno está detrás avalándole, y es el equipo que sirve para sacar pecho, orgullo y prepotencia.
Ahí podemos ver, nuevamente, la gran diferencia entre España/Castilla y Catalunya. Y un ejemplo para terminar: en este segundo intento para traer los Juegos Olímpicos a Madrid, se ha comprometido toda España, el Gobierno, la Corona, la prensa, la Banca, y hasta la iglesia oficial. Los gastos han sido astronómicos para obtener un segundo fracaso. Pues bien, cuando los Juegos Olímpicos llegaron a Barcelona, fue el Ayuntamiento de esta ciudad y el Gobierno Autónomo de Catalunya, los únicos que se implicaron. Cuando se obtuvo la designación gracias a un gran trabajo exclusivamente catalán, el Gobierno Estatal presidio por F. González y la Corona, no tuvieron más obligación que colaborar, apoyándola y con contribuciones económicas, pero para la consecución fue únicamente Catalunya la implicada, no tuvo ayuda estatal. En esta ocasión fallida (como la anterior) al ser Madrid la candidata, toda España se ha volcado, parecía que no obtener el concurso era una humillación, un deshonor nacional, y así ha sido. Se ha ido al Comité con prepotencia, con altanería, como si Madrid, por ser España, ya tuviera todos los derechos del mundo, y el batacazo (segundo) ha sido monumental. Catalunya fue con humildad, con un trabajo bien realizado, sola, sin la Corona ni el Gobierno central, ni con el PSOE ni el PP. Fue Barcelona y los catalanes todos; y se consiguió. Y fue un éxito que todavía se recuerda.
Un saludo, recordándole que el Madrid jamás logró el triplete, cosa que está siendo un gran dolor y un gran pesar que el Barça lo haya logrado, tanto para el Real Madrid como para el resto de España. No lo pueden digerir. Y se han embarcado en una nueva aventura de 250 millones para nada; ya lo verá usted. De momento el vestuario es un gallinero con demasiados gallos; todos a ver quién es el más guapo. Eso no es fútbol, más bien parece una casa de p…s —con perdón—.
Vale, amigo Sniper, que no he querido molestar a nadie con mi comentario; un comentario que no deja de ser una visión subjetiva, por ser yo catalán y por ser socio del Barça; pero como la distancia puede distorsionar las cosas, y para fortalecer más mi opinión, le doy algunos detalles. A estas alturas de la competición (recién estrenada) al Real Madrid se le ha pitado ya dos penaltis a favor, al Barcelona ni uno, y eso teniendo en cuenta que el Barcelona es el equipo que más ataca, que mayor tiempo tiene el balón y que el número de internadas en el área contraria son mayores.
La permisividad de los árbitros españoles con las defensas contrarias cuando del Barça se trata, son de juzgado de guardia. Messi es entrado con violencia varias veces en cada partido, igual que Xavi o Iniesta, y es el juez (el árbitro) quien en vez de amonestar al defensa rompe piernas, se encara con el argentino o con los excelentes jugadores blaugranas. A Cristiano Ronaldo que nadie le tosa a sus espaldas, el penal o la falta la tiene asegurada el merengue. Eso hasta los comentaristas televisivos o de prensa (excepto la oficial del Real Madrid) lo denuncian cada semana. Pero ni por esas…
Otra cosa, la influencia deportiva nacionalista española es tan despiadada, que el Barcelona (y también el At. de Bilbao) suelen ser recibidos con cánticos al estilo de “¡Que Viva España!, dando a entender que vascos y catalanes son extranjeros… (no los futbolistas, sino los ciudadanos y las autonomías). Y ya, para más detalle, el propio rey Juan Carlos —madridista confeso— ha dicho en alguna ocasión que va a ver al Real Madrid porque le da suerte. ¿Y los demás equipos españoles? ¿La suerte de ellos le importa un pimiento? No verá usted al monarca asistir a un partido del Valencia, del Sevilla o, incluso, del Atlético de Madrid. Del Barcelona ni lo menciono…
O sea, amigo, que además de catalán, soy del Barcelona (por juego, por estilo, por elegancia…) porque soy un rebelde, y siempre estoy al lado del débil; aunque en este caso, de débil, un equipo que ya ha ganado CINCO competiciones este año, que en Baloncesto le ha dado más de una repasada a los blancos, y que, además, la Selección Nacional de Fútbol española ha llegado a donde ha llegado gracias a que hoy en día tiene a 5 o 6 catalanes en sus filas (el 50%), de débil no tiene nada.
No somos el equipo del rey, ni del Gobierno, ni del Banco de España, ni el que paga sus deudas con dinero público de Hacienda, pero somos EL BARÇA, y con ello ya está dicho todo.
Un saludo, amigo merengón, y que se queden al final de la Liga el segundo o el tercero (o el cuarto) y así jugarán la Champions League.
Tot el camp és un clam, som la gent blaugrana tant se val d'on venim, si del sud o del nord ara estem d'acord estem d'acord una bandera ens agermana. Blaugrana al vent, un crit valent, tenim un nom que el sap tothom: Barça! Barça! Barça!
Eso queda por descontado; además, estar en un Foro de Debate donde todos opinamos igual ¿tendría algún aliciente? Creo que no; lo importante es saber respetar al contrario y entender hasta dónde llega nuestra libertad. Y de la tolerancia, nunca olvidarla.
Quedamos para el final de la Liga y le daré mi mano fraternalmente, sabiendo que estamos los primeros y los blancos los segundos. ¡Cómo está mandado! (Es una broma, por supuesto).