Esta mañana, después del consabido y últimamente cotidiano pleito con mi pequeña que se queja que no puedo pasar ninguna mañana sin escuchar música, escuché esta canción que de alguna manera subió mi nivel de endorfinas...
Me imaginaba al tipo saliendo de la cárcel, después de 3 años de confinamiento, queriendo saber a estas alturas de la vida qué le pertenece y qué ya no más. Entre ellas lo que más quiere es saber si el corazón de su amor sigue siendo suyo. Ha enviado una carta previamente pidiéndole que si aún lo quiere, que ate un listón amarillo alrededor del tronco del viejo roble. Con esa esperanza, aborda su bus de regreso y como no tiene el valor de constatar por sí mismo si el listón está o no está, le pide al conductor que le diga si ve el lazo...
De pronto, toda la gente dentro del bus, que se han dado cuenta de la situación, están gritando felices y celebrando con alegría ajena: Hay cien lazos amarillos alrededor del tronco del viejo roble!!!
Que tengan un lindo día!
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Si no encuentras tu media naranja, toma tu medio limón agrégale azúcar, aguardiente, hielo y a disfrutar de la vida.