Siempre he escuchado a la gente que me rodea decirme que soy muy seria, lo cual contrasta con la opinión de mi amigo Wirwin que dice que soy "choyada"... Sin embargo, lo que pasa es que cuando estoy concentrada en mi trabajo o en cualquier otra cosa (que no cause hilaridad), suelo adoptar esta actitud. Sin embargo, no quiere decir que no sepa sonreír o que no lo haga.

Hace un tiempo asistí a uno de esos cursos de superación de Dale Carnegie, y en una de sus lecturas, el Sr. Carnegie advertía que el tener el ceño fruncido mientras leemos, no quiere decir necesariamente más concentración. Y yo creo que tiene razón, lo que pasa es que quizá pensamos que eso nos hará parecer que realmente estamos tratando de concentrarnos y alejar las posibles molestias de los demás que puedan surgir.

Sin embargo, y a lo que voy, es que es muy saludable sonreír y reírnos. Es increíble los beneficios que trae consigo el estirar los labios para demostrar verdadera felicidad (en la mayoría de los casos). Cuando uno ríe, pone en movimiento casi 400 músculos, muchos de los cuales, sólo se mueven cuando nos reímos actuando como un ejercicio más; actúa como un analgésico al liberar endorfinas (que son eliminadores naturales del dolor y que suelen liberarse en estados de ejercicio vigoroso, excitación y/u orgasmos); el sube y baja del diafragma actúa como masajeante de los pulmones y el corazón previniendo con ello infartos; al reírnos con ganas abriendo la boca, entra el doble de aire a los pulmones, contribuyendo a la oxigenación del organismo en general y en especial del cerebro; cuando reímos en demasía, nuestros ojos sueltan lágrimas que ayudan a la limpieza que sólo lograríamos llorando (lo cual no es siempre así de agradable) y lo último y no por eso menos importante: nos rejuvenece ya que por estirarnos los músculos previene la formación de arrugas.

Así que ya sabemos, cuando nos cuenten un chiste, soltemos esas carcajadas y demos rienda suelta a la hilaridad aprovechando las ventajas que ello trae.

Saludos y a reír gente!